Cómo recargar energía: 3 cambios sencillos para aumentarla

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¿Te sientes sin inspiración y agotado? No estás solo. Incluso cuando seguimos nuestros valores, el agotamiento puede sorprendernos. Un cliente de terapia comentó recientemente: «Conozco mis valores y los vivo a diario. Entonces, ¿por qué me siento tan desanimado, sin inspiración y agotado?».

¿La respuesta? Demasiado de algo bueno puede ser demasiado. Como Diana Hill Como bien dice Hill, el esfuerzo sabio no consiste en ir a toda máquina todo el tiempo; se trata de saber cuándo impulsar y cuándo frenar. Si valoras el significado y el propósito, pero te sientes agotado por el esfuerzo constante, estos tres sencillos cambios de Hill pueden ayudarte a recargar energías y a darle un giro a tu día.

1. Fíjate en lo que vale la pena

A veces, hacer más no te da más. La clave está en preguntarte: ¿Qué vale mi valiosa energía hoy?

Presta atención a cuándo estás llegando a un punto de rendimiento decreciente. Algunos días, madrugar para ir al gimnasio vale la pena; otros, dormir una hora más podría ser más beneficioso.

Haz una lista de lo que te importa y lo que no. Aquí tienes un ejemplo rápido:

Vale la pena:
– Escribir por la mañana
– Caminar con un ser querido
– Cocinar para tu familia

No vale la pena:
– Exceso de trabajo
– Saltarse las comidas con la familia
– Aferrarse al rencor

Al reconocer qué es lo que vale la pena esforzarse, comenzará a tomar decisiones más inteligentes sobre dónde invertir su energía.

2. Adopte la procrastinación productiva

Cuando la alegría desaparece de tu rutina, incluso las actividades basadas en valores pueden resultar agotadoras. Aquí es donde entra en juego la "procrastinación productiva". Se trata de cambiar una tarea significativa por otra que también esté alineada con tus valores, pero quizás sea menos exigente.

Por ejemplo, si te aterra un gran proyecto laboral, tómate un descanso para ordenar tu espacio o dar un paseo. Estas actividades siguen siendo productivas, pero le dan a tu cerebro la oportunidad de reiniciarse. La clave está en variar y añadir variedad a tu día.

3. Diviértete más

En un retiro de verano, me sorprendió ver a monjas con hábitos practicando deportes con niños. Meditaban y trabajaban por la mañana, y luego pasaban las tardes divirtiéndose. No era solo por diversión; era intencional. La diversión no solo es buena para la salud; es esencial.

Crear un "archivo de diversión" es una excelente manera de asegurarte de incorporar alegría a tu vida con regularidad. Llénalo de actividades que te hagan feliz, desde opciones que requieren poco esfuerzo, como jugar un juego rápido, hasta actividades más complejas, como ir a un concierto. Aquí tienes un vistazo a mi archivo de diversión:

Bajo esfuerzo:
– Jugando al Uno con mi hijo
– Jardinería
– Preparar postre para una noche entre semana

Esfuerzo medio:
– Visitar un mercado de agricultores
– Senderismo con mi perro
– Hacer pasta desde cero

Alto esfuerzo:
– Asistir a un concierto al aire libre
– Tomar una clase de pintura
– Liderando un retiro en Costa Rica

Dejar atrás el agotamiento como una insignia de honor

A menudo pensamos que el agotamiento significa que ya estamos haciendo suficiente, pero ser selectivos con nuestra energía puede hacernos más efectivos. Si estás agotado, es hora de añadir más diversión y juegos a tu vida. Haz una lista, comprométete a divertirte a diario y, lo más importante, ¡disfrútalo!